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La luz allá a lo lejos revela la única salida posible para tí y tus hermanas, y poder escapar de éste frío intenso y aterrador, rodeadas de la más absoluta oscuridad. ¿Podréis escapar de aquí, de una vez por todas?
El sengundo relato de la Serie Minúscula nos traslada al inóspito mundo de Kuaran, un planeta dominado por el Rey Konix. Nos han vencido en una cruenta batalla espacial y ahora estamos rodeados de soldados en las cortes generales de Kuaran, frente a Konix, sin ninguna posibilidad de escapar...
Los sonidos absolutos. Habías leído acerca de ellos en algún volumen de musicología producto de los desvaríos de un teórico enloquecido. Huelga decir que nunca te los tomaste en serio. Según decía el pobre tipo, 'hay sonidos que permiten conectarnos con una especie de SUPRA-YO que está por encima de nuestra esencia material. Dichos sonidos, si son usados debidamente en una MÚSICA ABSOLUTA, pueden lograr reverberar en el hilo de conexión con nuestra supraesencia, logrando un despertar en la humanidad, una nueva era del espíritu, una trascendencia de la carne.
La simpática azafata eres tú, María. Una exuberante morena embutida en un uniforme azul con el logo dorado de la compañía. Los semblantes relajados de los pasajeros cambian de repente cuando llegan a tu altura. Normalmente lo que suelen hacer, sobretodo los hombres, es mirarte las piernas, pero hoy te miran de una extraña manera, con cierta preocupación en sus rostros. Un tipo se acerca a tí, visiblemente afectado... "No te preocupes, no es culpa tuya, María".
espués de la batalla, viene la calma. Para algunos más que para otros, pues el mejor guerrero de Zyrcan ha pasado a mejor vida. En la anterior batalla de Cedelar el capitán del ejército zyrcano Kunelar murió a manos de Klyga, una de las miles de mujeres soldado de Vekanor. Para alguien como Kunelar, tan digno él, morir a manos de una fémina es una deshonra. Tal vez incluso peor que morir de viejo. Un guerrero debe morir en el campo de batalla, sí, pero a manos de otro guerrero, no a manos de una niñata jugando a ser un héroe. En fin, ahora ya es tarde para lamentarse, porque la luz te reclama y tu alma asciende hacia el descanso eterno.