El Anillo

La guerra entre las órdenes de hechiceros ha empezado y finalizado en la misma noche. El mal ha ganado, por supuesto; pero el poderoso nigromante Sady Omú no ha logrado con ello que el mundo esté a sus pies. Cada ciudad, cada noble, cada caballero de los antiguos reinos luchan por su libertad. Y perderán, seguro. O al menos eso es lo que piensan los dragones que luchan junto a Sady Omú, eso es lo que piensas tú Uudrum poderoso dragón dorado. Sady Omú vencerá, eso es seguro y entonces será el momento de que los dragones le demuestren a su nuevo 'amo' quién es el auténtico vencedor de esta guerra y quién es el auténtico heredero de los viejos reinos.
Claro que no todo puede salir bien. Anoche ignoraste tus órdenes y te desviaste a atacar un grupo de casas humanas que se veían a lo lejos. La noche empezó bien, tenían buen ganado y algunas mujeres (¿o eran niños tal vez?) estaban auténticamente sabrosas. Todo iba perfectamente hasta que apareció ese maldito viejo. El Nigróh. Maldito sea, siempre molestando aquí y allá, ya podría haberse muerto con el resto de su orden. La verdad es que con el estómago lleno no luchas demasiado bien, y te tomó por sorpresa, por eso ahora te ves como te ves, enjaulado, paralizado, transformado en una ridícula efigie de tí mismo, reducido a un minúsculo anillo que parece de oro y esmeralda.
Cuando ocurrió pensaste que era el final, pero no, no, ¡no! Encontrarás una forma de deshacerte de esta molestia, una forma de regresar y enseñarle a El Nigróh cómo se deja en su punto la carne de hechicero.